Frases de Jesús, cortas e impactantes


Las palabras de Jesús son impactantes y poderosas. En la Biblia encontramos frases dichas por Jesús que aumentan nuestra fe y nos inspiran espiritualmente. Mira esta selección de frases de Jesús que fortalecerán tu espíritu y te ayudarán a vivir cada día conforme a la voluntad de Dios.

Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.
(Juan 14:6)

En Jesús encontramos el camino al Padre y en él tenemos verdadera vida. Si quieres conocer mejor a Dios Padre y recibir su amor, estudia y sigue las enseñanzas de Jesús.

Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera. (Juan 11:25)

Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera.
(Juan 11:25)

¡Jesús resucitó, él venció la muerte! Si crees en él y lo has aceptado como tu Señor y Salvador, ya has pasado de muerte a vida. ¡En él vivirás por toda la eternidad!

Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.
(Lucas 18:27)

Dios hace que lo imposible sea posible porque él es todopoderoso. Aférrate a Dios y clama a él cuando lleguen las circunstancias difíciles a tu vida. A su debido tiempo verás a Dios obrar porque su poder no tiene límites.

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
(Juan 10:11)

No hay ni nunca habrá un mejor pastor que Jesús, quien estuvo dispuesto a morir en la cruz por ti y por mí. El amor y cuidado de Jesús para con cada uno de nosotros no tiene comparación. ¡En él estás seguro!

Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (Mateo 28:20)

Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
(Mateo 28:20)

¡Jesús nunca te deja solo! Recibe ánimo y aliento porque tu Señor Jesucristo te acompaña cada día y en cada momento. Y no solo eso, él prometió que estará contigo hasta el fin del mundo.

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
(Mateo 7:7)

Puedes llevar tus peticiones al Señor, a él no le molesta. ¡No ceses de orar! Dios desea que te acerques a él para conversar sobre tus necesidades y tus anhelos. Lleva tus inquietudes al Señor y espera. Verás cómo obra a tu favor en el momento adecuado.

Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
(Mateo 18:20)

A Dios le agrada que nos reunamos con nuestros hermanos y promete acompañarnos en las reuniones que hacemos en su nombre. ¡Reúnete con tu familia en Cristo para disfrutar juntos de la presencia del Señor!

Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
(Juan 8:7)

Todos nosotros somos pecadores y todos necesitamos de la misericordia constante de Dios. Extendamos esa misericordia a los que nos rodean. Llevemos la palabra de salvación y perdón con corazones misericordiosos que imitan a Jesús.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. (Mateo 5:4)

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
(Mateo 5:4)

El lloro y el sufrimiento forman parte de la vida. Al acercarnos al Señor podemos recibir el consuelo necesario. Él nos acompaña en medio de nuestro dolor.

No se turbe el corazón de ustedes. Creen en Dios; crean también en mí.
(Juan 14:1)

En las situaciones de la vida que pueden causarnos turbación o desconcierto, podemos aferrarnos al Señor. Creer en él, creer en Dios, nos llena de esperanza y nos fortalece.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
(Lucas 23:34)

Podemos aprender a perdonar con el ejemplo de Jesús. ¡Él eligió perdonar a los que lo crucificaron!

Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás.
(Mateo 4:10)

Jesús nos dio ejemplo sobre cómo combatir a Satanás: ¡con el uso de la Palabra de Dios! Sumérgete en la Palabra cada día y prepárate para vivir una vida victoriosa en el Señor.

Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos.
(Mateo 18:3)

Jesús presentó a los niños como ejemplo de humildad y de acercamiento sincero. Acércate a Dios cada día con un corazón tierno y humilde. Permite que él moldee tu vida y sírvele con todo tu ser.

Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. (Mateo 16:24)

Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.
(Mateo 16:24)

Seguir a Jesús requiere que muramos al yo, a los deseos egoístas. Al seguir a Cristo nos enfocamos en su voluntad y en obedecer sus mandatos, aunque esto conlleve sacrificios. El premio será disfrutar de la presencia del Señor por toda la eternidad.

Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado...
(Juan 13:34)

Jesús nos dio ejemplo de amor y desea que sigamos ese ejemplo amando a los demás tal como él nos ha amado. Decide hoy seguir el ejemplo de Jesús: ama a los demás de todo corazón.

Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto.
(Juan 15:5)

Cultiva cada día tu relación con el Señor. Permanecer en él es hablar con él, escuchar su voz y obedecer lo que él dice. Si quieres dar fruto de gozo y salvación en tu vida, permanece cerca de Jesús.

El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.
(Juan 14:23)

Nos gusta pasar tiempo con las personas que amamos y hacer lo que les agrada. De igual forma, si amamos a Dios, pasaremos tiempo con él, disfrutaremos de su constante compañía y viviremos obedeciendo lo que él manda.

Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)

Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(Juan 8:12)

¡Jesús llega a nuestra vida e ilumina todo! Lo que parecía confuso y oscuro, él lo transforma trayendo claridad y luz. En el Señor, tu vida tiene rumbo cierto y verdadero sentido.

Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
(Mateo 19:14)

¡Dios anhela que todos le conozcan desde la niñez! Jesús se deleitó en recibir a los niños con amor y alegría, hasta los puso como ejemplo. El reino de los cielos es de todos los que se acercan a Dios con un corazón tierno y confiado, como el de los niños.

Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
(Juan 15:9)

Jesús nos ha amado con el mismo amor que el Padre le ha dado: un amor perfecto e incondicional. Nadie te amará jamás como Jesús te ama. Él nunca te fallará, puedes confiar siempre en su amor y en su fidelidad. No te apartes de Jesús jamás.

Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
(Juan 6:35)

Jesús puede saciar tu hambre y tu sed espiritual. Con él sentirás verdadera satisfacción. Es Jesús quien puede suplir tus necesidades más profundas de amor, aceptación, gozo, identidad, valor... ¡Todo lo que anhelas lo puedes encontrar en él!

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:28)

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
(Mateo 20:28)

Jesús nos dio ejemplo de servicio y sacrificio por amor a los demás. Su enfoque estuvo en bendecir a todos los que se acercaban a él. Decide hoy ser de bendición a todos los que te rodean. Sigue el ejemplo de Jesús y sirve a los demás de todo corazón.

Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
(Mateo 12:50)

Jesús considera como su familia a todos los que hacen la voluntad de Dios Padre. ¿Ya formas parte de la familia de Jesús?

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
(Mateo 5:6)

¿Anhelas ver la justicia de Dios cumplirse en este mundo? Jesús te considera dichoso y te asegura que algún día verás el cumplimiento de tu deseo. Dios enderezará todo, en él se recibirá la justicia verdadera. Él sanará todo el sufrimiento causado por las injusticias.

No se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.
(Mateo 6:34)

Jesús te anima a no afanarte por lo que todavía está en el futuro. Con él puedes vivir confiado cada día porque él te ayuda en medio de cualquier situación. Entrega el futuro a Dios y pídele que te acompañe para que enfrentes junto a él lo que traiga cada día.

¿Jesús es Dios? ¿Qué dice la Biblia?

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