Instruye al niño en su camino (Proverbios 22:6 explicado)


Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
(Proverbios 22:6)

Proverbios 22:6 está dentro de una sección de versículos que hablan sobre la vida y la conducta.

Los proverbios bíblicos no son promesas de Dios, sino consejos o instrucciones morales que nos ayudan a vivir la vida en paz con Dios y con las demás personas. Este versículo anima a los padres a esforzarse en instruir bien a sus hijos. Es difícil que los niños olviden las lecciones amorosas y constantes que reciben de sus padres.

¿Cómo instruir a los niños?

Para que los padres instruyan de forma efectiva a sus hijos en el camino correcto es importante que ellos mismos hayan escogido ese camino y lo estén andando fielmente. ¿Por qué? Porque los niños son muy perceptivos y captan fácilmente la hipocresía. No sirven de mucho las palabras que no van acompañadas de acciones. Los padres deben mostrar con sus obras la actitud y los valores que desean reforzar en sus hijos. El ejemplo sincero de los padres, lo que ven en ellos, inspirará a los hijos a seguir sus pasos.

Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.
(Filipenses 4:9)

Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.
(1 Corintios 11:1)

Los padres deben reflexionar sobre lo que quieren que sus niños imiten. Para los padres cristianos el camino correcto es el camino del Señor así que deben ser un ejemplo humilde de servicio a Dios y a los demás. Por eso, su vida deberá ser una de obediencia al Padre, llena de su amor y del Espíritu Santo.

Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. (Proverbios 22:6)

La sinceridad es importante: todos somos imperfectos y cometemos errores. Los padres deben estar dispuestos a hablar sobre sus ofensas y a pedir perdón. Los hijos se sentirán más seguros al ver que, aunque todos cometemos errores, se puede pedir perdón y restaurar la confianza. Este principio ayudará a los niños a entender el amor perdonador de Dios y la necesidad que tienen ellos mismos de recibir el perdón de sus pecados.

El amor y el respeto van de la mano

Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
(Romanos 12:10)

El amor debe estar presente en todo momento. La instrucción no debe humillar ni menospreciar al niño. El corazón de los padres debe estar lleno del amor de Dios. Dios es el Padre amoroso y perfecto que cuida siempre de nosotros. Dios nos perdona, nos restaura, nos tiende la mano en todo momento. Los padres cristianos deben estar llenos del amor del Padre celestial y tratar siempre a sus hijos con respeto y dignidad. Esto se logra manteniendo la comunión diaria con Dios. Ese lazo fuerte con el Padre celestial proporciona la claridad sobre el cuidado y la dirección que se deben dar a los hijos.

Sirviendo juntos a Dios

Vengan, hijos míos, y escúchenme, que voy a enseñarles el temor del Señor.
(Salmo 34:11)

Vengan, hijos míos, y escúchenme, que voy a enseñarles el temor del Señor. (Salmo 34:11)

La relación que los padres tienen con Dios puede ser el modelo que sigan los hijos. Si los niños nunca ven a los padres orando o leyendo la Biblia, no entenderán su importancia. Muchas familias deciden tener un tiempo de oración y de lectura de la Palabra cada semana (altar familiar). Esta es una buena idea si se hace con amor y comprensión, tomando en cuenta que los niños no van a estar callados y quietos por mucho tiempo. Pueden ser solo 10 o 15 minutos hablando sobre una historia bíblica, cantando y orando juntos como familia.

Es durante esos tiempos amenos de adoración en familia que muchos niños deciden entregar sus vidas al Señor. ¡Qué bendición más grande para los padres! Ser canales de bendición para los hijos guiándoles con amor hacia Jesús es la tarea más preciosa que pueden realizar.

Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.
(3 Juan 1:4)

Es importante recordar que Proverbios 22:6 no es una promesa a los padres. Los hijos tendrán que decidir ellos mismos si desean servir a Dios o no. Lo importante es que los padres cumplan con su responsabilidad proveyendo al niño la mejor brújula: la oportunidad de cultivar una relación personal con Dios. Esa relación íntima y directa con el Padre celestial hará la diferencia.

Otros versículos sobre instruir a los niños

Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:4-7)

Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que le ha prometido.
(Génesis 18:19)

¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos.
(Deuteronomio 4:9)

Grábense estas palabras en el corazón y en la mente; átenlas en sus manos como un signo, y llévenlas en su frente como una marca. Enséñenselas a sus hijos y repítanselas cuando estén en su casa y cuando anden por el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten.
(Deuteronomio 11:18-19)

Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.
Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.
(Mateo 19:13-15)

Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.
(Efesios 6:4)

Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.
(Proverbios 19:18)

Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar.
(Proverbios 1:8-9)

Pero tú permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
(2 Timoteo 3:14-15)

Por aquel entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría. Era un hombre ilustrado y convincente en el uso de las Escrituras. Había sido instruido en el camino del Señor, y con gran fervor hablaba y enseñaba con la mayor exactitud acerca de Jesús, aunque conocía solo el bautismo de Juan.
(Hechos 18:24-25)

Bendiciones para los niños: