4 oraciones para calmar la ansiedad y el miedo con la paz de Dios


La ansiedad es una gran carga para muchas personas y Dios no quiere que vivamos así. Aquí encontrarás algunas oraciones orientativas que te ayudarán a entregar tu ansiedad en las manos del Señor y abrir tu corazón para recibir la paz maravillosa que viene de él.

Oración para depositar la ansiedad en las manos de Dios

Señor amado, tú conoces lo más íntimo de mi ser y sabes cómo me siento en este momento. Son muchas las emociones dentro de mí que me hacen sentir ansioso y desesperado. ¡Necesito de ti, Padre! Necesito tu presencia y tu paz. Tu Palabra dice en 1 Pedro 5:7 que puedo depositar mi ansiedad en ti, porque tú cuidas de mí. Te entrego mi ansiedad en este momento, la pongo toda en tus poderosas manos, sabiendo que tú me amas y te interesas por lo que me sucede.

Yo no sé cuál es la solución para mis problemas. Lo que sí sé, es que necesito de tu ayuda para no perder la paz en medio de esta situación. Revélate a mi corazón de una forma especial, Padre amado. Ayúdame a ser sensible a tu voz y al mover del Espíritu Santo para superar este momento aferrado a ti. Calma mis emociones, por favor. Levanta esta carga de mis hombros. Te entrego todo lo que está causándome ansiedad, no quiero cargarlo más. Ahora abro mi corazón y mis oídos a tu voz, para recibir tus palabras de ánimo y esperanza. ¡Háblame, Señor! En el nombre de Jesús, amén.

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:7)

Oración para vencer el miedo y la ansiedad

Padre, Dios, muchas gracias porque tú eres el Dios todopoderoso, para ti no hay nada imposible. En este momento traigo mis miedos y ansiedades ante ti porque no quiero seguir siendo esclavo de esas emociones. Me aferro a ti, Papá, y a tu poder, y te suplico que me ayudes a vencer mis temores sobre el futuro y la ansiedad que me causan.
Señor, yo sé que tú tienes mi vida, mi presente y mi futuro en tus manos. En ti estoy seguro. Sé que, como dice tu Palabra (Salmo 73:23-24), tú me sostienes de mi mano derecha y me guías cada día con tu consejo.
Hoy quiero escuchar tu voz, mi Dios, y creer tus promesas de paz. Hoy proclamo tu poder y me afirmo en que soy más que vencedor en ti. Gracias porque hoy camino contigo y con tu poder venzo toda emoción negativa. Solo tú tienes poder sobre mí. En el nombre de Jesús, amén.

Oración para relajarse y recibir la paz de Dios

Señor amado, no quiero vivir afanado y angustiado todo el tiempo. Ese no es tu plan para mí. Necesito que me ayudes a vencer la ansiedad y a lograr relajarme. ¡Quiero recibir tu paz! Señor, llevo mis peticiones ante tu presencia con confianza, porque sé que tú me escuchas y me responderás.
Padre, decido que, en lugar de enfocarme en mis problemas, fijaré mi mirada en ti y en todo lo que ya has hecho por mí. Te doy gracias por todas las bendiciones que me has dado a lo largo de mi vida. Gracias porque puedo recordar momentos difíciles en los que sentí tu presencia y tu cuidado de forma especial. Gracias porque siempre has estado a mi lado y me has ayudado. ¡Tú eres el Dios fiel!
Ahora abro mi corazón para recibir tu paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Te pido, Padre, que tu paz guarde mis pensamientos y mi corazón. Me enfoco en ti, en quién eres, en tu gran amor por mí y descanso en tu paz. En el nombre de Jesús, amén.

Oración para calmar los nervios y confiar en el poder de Dios

Señor amado, mis nervios están muy alterados y no logro tranquilizarme. Siento pesadez y tensión en mis hombros y no quiero seguir así. ¡Ayúdame a vencer este sentimiento de impotencia! Padre, quiero enfocarme en tu grandeza y en tu poder. Quiero aumentar mi confianza en ti en medio de este problema, porque contigo saldré victorioso.

Gracias, Dios, porque tú eres la roca firme y fuerte en la cual me puedo apoyar. Ayúdame a recordar esa verdad y a refugiarme en tus poderosos brazos. Gracias porque tú puedes y quieres librarme de esta ansiedad. Yo elijo permitir tu obra en mí, que tu poder se manifieste en mi vida y que hoy sea día de liberación y victoria para tu gloria y honra. En Cristo Jesús, mi Señor y Salvador, amén.

El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! (Salmo 18:2)

El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite!
(Salmo 18:2)

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