Versículos bíblicos y su explicación


2 Corintios 12:9-10

...pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:9-10)

Explicación de 2 Corintios 12:9-10

En los primeros versículos del capítulo vemos que Pablo tuvo que defenderse de algunas acusaciones. Al parecer, algunos en Corinto dudaban de la efectividad de su ministerio y lo comparaban con otros que aparentaban tener ministerios más poderosos.

Del versículo 1 al 6 Pablo comenta brevemente una visión que él había tenido hacía 14 años. Él nunca había mencionado esa visión, pero en ese momento se vio en la necesidad de hacerlo. Su intención no era jactarse, sino mostrar que Dios le hablaba y le revelaba cosas a través de visiones.

La visión de Pablo había sido poderosa. Él había sido llevado al tercer cielo, considerado el lugar donde está el trono de Dios. Para que Pablo no se enorgulleciera debido a la magnitud de esa visión, Dios permitió «un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás» que atormentaba a Pablo (versión Reina Valera).

Pablo le rogó tres veces a Dios que quitara el aguijón, pero la respuesta de Dios fue: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Aunque era una situación difícil para Pablo, él no se amargó porque Dios no contestó su petición de la forma que él deseaba. Él entendió que la gracia de Dios lo sostendría y que el poder de Dios se manifestaría a través de todo lo que él iba a enfrentar. Para él, eso era suficiente.

Nadie sabe cuál era el aguijón o la espina clavada en la carne de Pablo. Sí, sabemos que era un mensajero de Satanás que lo atormentaba. También sabemos que Dios usó esa situación para derramar gracia abundante sobre Pablo y para mostrar su poder en su vida. Pablo pasó por muchas pruebas en su andar con el Señor, pero Dios lo sostuvo y lo fortaleció siempre.

Debe servirnos de ejemplo la humildad de Pablo al aceptar la voluntad de Dios y su disponibilidad para que Dios obrara en su vida en medio de las dificultades. Permitamos que la gracia y el poder de Dios se manifiesten en nosotros de la manera que mejor le plazca a él. Oremos para que su gracia nos sea más que suficiente.

Romanos 12:1-2

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:1-2)

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
(Romanos 12:1-2)

Explicación de Romanos 12:1-2

Si nos enfocáramos más en la misericordia de Dios y en todo lo que él hace por nosotros, no nos sería tan difícil aplicar estos versículos. Dios, en su infinita misericordia, perdonó nuestros pecados y nos dio acceso a la vida eterna a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Ningún sacrificio que hagamos será tan grande o tan poderoso como ese.

Pablo animó a la iglesia en Roma y a todos los cristianos, a expresar su gratitud a Dios por medio de la adoración. La adoración a la que él se refiere es una vida comprometida a exaltar a Dios en todo momento. Ese compromiso abarca todo e incluye un cuerpo decidido a honrar a Dios siempre. Esto quiere decir que lo que hacemos con nuestro cuerpo es una ofrenda de adoración a Dios.

Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16-17), algo que no debemos olvidar. El uso que damos a nuestro cuerpo es un testimonio claro de lo que ocurre en nuestro espíritu y en lo más íntimo de nuestro ser.

El mundo intenta atraernos e influenciar nuestra forma de ver la vida. De una forma muy sutil trata de convencernos de que lo que dice la Biblia no es literal o está pasado de moda. Debemos mantenernos firmes en el Señor y apoyarnos siempre en su Palabra. ¿De qué está llena nuestra mente? ¿Filtramos nuestros pensamientos para discernir si están de acuerdo con la Palabra del Señor?

El versículo 2 termina diciendo, «Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.» Muchas personas pasan la vida intentando descubrir la voluntad de Dios para ellos. Un buen comienzo parece ser vivir una vida que reconoce las misericordias del Señor, se somete al Espíritu Santo y refleja con todo su ser que Dios es su Rey y que vive para agradarle.

Romanos 6:22-23

Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.
(Romanos 6:22-23)

Explicación de Romanos 6:22-23

El capítulo 6 de Romanos explica que como hijos de Dios ya no somos esclavos del pecado. A través de Jesucristo, Dios nos liberó de esa esclavitud. Ahora servimos a la justicia, somos siervos de Dios. Nuestra cosecha, o el resultado de elegir servir a Dios, es la santidad que nos lleva a la vida que no tiene fin.

La vida eterna es un regalo de Dios, no es algo que hemos ganado. En el versículo 23 vemos el contraste entre la paga del pecado y la dádiva de Dios. La paga es el sueldo o salario que recibe un empleado. Quien sirve al maligno recibe como salario la muerte eterna. ¿A quién le gusta recibir la muerte como salario? ¡A nadie! Pero es así, eso es lo que recibirá todo aquel que decida seguir con sus pecados rechazando a Jesús como su Señor y Salvador. Estará separado de Dios por toda la eternidad.

Por otro lado, vemos el regalo o la dádiva que Dios da a través de Jesús: la vida eterna. Recibimos ese regalo cuando elegimos servir la justicia siguiendo el camino de Dios. Es un regalo que aceptamos por fe cuando reconocemos el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por amor a nosotros. Gracias a ese regalo podemos tener la certeza de que viviremos por toda la eternidad con nuestro Padre, nuestro Rey y Señor.

¿Ya aceptaste el regalo de Dios?

¿Qué es la salvación y cómo se obtiene?

Juan 10:10

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10)

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
(Juan 10:10)

Explicación de Juan 10:10

En ese capítulo de Juan 10, Jesús presenta un contraste entre él mismo como la puerta o el buen pastor, y los falsos líderes religiosos que se oponían a su ministerio. Jesús usa un lenguaje fuerte. Los llama ladrones y bandidos porque deseaban hacerse con las ovejas para su beneficio personal, no el de las ovejas.

El contraste queda claro. La intención de los falsos líderes o ladrones era una muy perjudicial para las ovejas: muerte, robo, destrucción. Sin embargo, Jesús, como pastor amoroso que es, ofrece vida abundante para los que eligen seguirlo. El anhelo de Jesús es que sus ovejas disfruten de la verdadera vida que él desea darles.

Jesús, el buen pastor, busca los mejores pastos para llevar a sus ovejas a pastar. Él vigila que tengan suficiente agua, sombra y descanso. Él las protege cuando se acercan los animales salvajes y vela por ellas en todo momento.

Esa es la vida abundante que Dios nos quiere dar. Una vida llena de su presencia, de su amor y de su cuidado. Andando de la mano con el buen pastor, nos sentimos seguros y amados. Acércate hoy a Jesús, acepta la vida abundante que él te ofrece y vive seguro en sus brazos de amor por toda la eternidad.

Juan 11:25-26

Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; 26 y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26)

Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
(Juan 11:25-26)

Explicación de Juan 11:25-26

Este versículo es parte de una conversación que Jesús tuvo con Marta. El hermano de Marta y María, Lázaro, había muerto unos días antes. Lázaro se había enfermado, por lo que enviaron un mensaje a Jesús de que viniera lo más pronto posible. Pero cuando Jesús llegó, Lázaro ya estaba muerto.

En medio de la conversación, Jesús le aseguró a Marta: «Tu hermano resucitará» (Juan 11:23). Marta le contestó que ella sabía que resucitaría en el día final (Juan 11:24). ¿La respuesta de Jesús? «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera.» Mientras Marta hablaba sobre el futuro eterno con Jesús y la resurrección de los muertos en el día final, Jesús le aseguró que todo aquel que le conoce a él, tiene y disfruta de la resurrección y la vida. No tiene que esperar al futuro.

El que conoce a Jesús y le acepta como su Señor y Salvador puede tener la certeza de que, aunque su cuerpo físico muera, su espíritu vivirá con Dios por la eternidad. La muerte física del creyente abre la puerta a la vida eterna con Jesús.

Más adelante, en ese capítulo de Juan, vemos que Jesús resucitó a Lázaro. El poder de Jesús para sanar y resucitar quedó manifiesto, pero todavía más importante es su poder para conceder vida eterna a todos los que se rinden ante él. Todo el que cree en Jesús vivirá, aunque muera.

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