Versículos bíblicos sobre ayudar al prójimo


Todos los que hemos recibido el amor y el perdón de Dios somos llamados a ser de bendición para las personas que están a nuestro alrededor. En la Biblia encontramos un buen número de versículos y pasajes que nos revelan la importancia de ayudar al prójimo.

¿Cómo puedo ayudar al prójimo?

Puede que estés pensando en este momento: "yo no me encuentro en condiciones de ayudar a nadie". Pero la ayuda financiera o dar comida son solo dos de las muchas maneras en las que podemos ayudar a los demás. Siempre hay algo que podemos hacer para ayudar y bendecir a los que nos rodean. Solo necesitamos tener un corazón dispuesto y ser sensibles a la voz del Espíritu Santo.

Hay muchas personas que aunque tienen bastante dinero no tienen amor, no tienen a nadie que las escuche o que se interese por ellas. Tú puedes ayudar a esas personas dándoles palabras de ánimo o un abrazo, mostrándoles que sí son importantes.

Los que servimos y amamos a Dios no solo fuimos escogidos para vivir unos años en este mundo y luego ir al cielo. También tenemos una misión muy importante para nuestro tiempo en la tierra: anunciar el Evangelio de Jesús y expresar el amor de Dios a toda la humanidad. ¡Esa es la mejor ayuda que podemos dar!

La ayuda al prójimo en la Biblia

1. Mateo 5:16

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:16)

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:16)

2. Deuteronomio 15:11

Gente pobre en esta tierra, siempre la habrá; por eso te ordeno que seas generoso con tus hermanos hebreos y con los pobres y necesitados de tu tierra.
(Deuteronomio 15:11)

3. Isaías 58:10

Si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche.
(Isaías 58:10)

4. Isaías 1:17

¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!
(Isaías 1:17)

5. Lucas 6:38

Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
(Lucas 6:38)

Aprende más sobre el concepto bíblico de la generosidad

6. Mateo 5:42

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.
(Mateo 5:42)

7. Mateo 10:8

Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.
(Mateo 10:8)

8. Mateo 25:35-40

Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”. Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?” El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.
(Mateo 25:35-40)

9. Éxodo 17:12

Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol.
(Éxodo 17:12)

10. Lucas 3:10-11

¿Entonces qué debemos hacer? —le preguntaba la gente.
—El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.
(Lucas 3:10-11)

11. Proverbios 3:27

No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo.
(Proverbios 3:27)

12. Gálatas 6:2

Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
(Gálatas 6:2)

13. Lucas 12:33-34

Vendan sus bienes y den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya. Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón.
(Lucas 12:33-34)

14. Juan 15:12

Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. (Juan 5:12)

Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
(Juan 5:12)

15. Efesios 4:28

El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.
(Efesios 4:28)

16. Efesios 2:10

Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
(Efesios 2:10)

17. Santiago 1:27

La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.
(Santiago 1:27)

18. Santiago 2:14-17

Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que un hermano o una hermana no tiene con qué vestirse y carece del alimento diario, y uno de ustedes le dice: «Que le vaya bien; abríguese y coma hasta saciarse», pero no le da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.
(Santiago 2:14-17)

19. Romanos 12:8

...si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.
(Romanos 12:8)

20. Romanos 12:13

Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad.
(Romanos 12:13)

21. Filipenses 2:4

Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.
(Filipenses 2:4)

22. Romanos 15:1

Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada.
(Romanos 15:1)

23. Proverbios 28:27

El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido.
(Proverbios 28:27)

24. Proverbios 14:31

El que oprime al pobre ofende a su creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado.
(Proverbios 14:31)

25. 1 Juan 3:17

Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?
(1 Juan 3:17)

26. 1 Timoteo 5:8

El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
(1 Timoteo 5:8)

27. Hechos 20:35

Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”».
(Hechos 20:35)

28. Hebreos 13:16

No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.
(Hebreos 13:16)

29. Proverbios 11:25

El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado.
(Proverbios 11:25)

30. Proverbios 19:17

Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.
(Proverbios 19:17)

31. Proverbios 21:13

Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda.
(Proverbios 21:13)

32. Proverbios 22:9

El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres.
(Proverbios 22:9)

33. Hebreos 6:10

Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo a los santos, como lo siguen haciendo.
(Hebreos 6:10)

34. Lucas 10:30-37

Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”. ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.
(Lucas 10:30-37)

¡Mostremos compasión! ¡Ayudemos a nuestro prójimo!